sábado, 26 de noviembre de 2016

De niño mimado a tirano: ¿dónde está el límite?

Educar a los hijos es, sin duda, una labor difícil. No siempre se puede encontrar el equilibrio entre autoridad y libertad: hasta dónde debemos permitir y dónde están los límites adecuados. Últimamente se oye mucho el término "sobreprotección", con toda la carga negativa que conlleva. Es indudable que queremos proteger a nuestros hijos, que no les ocurra nada malo, evitar peligros, disgustos y malos ratos. Pero evitarles todo lo negativo, ¿va a hacer de ellos personas más responsables y capacitadas para enfrentarse a la vida?

Por otra parte, la baja natalidad en España en los últimos años muestra una consolidación en la tendencia del hijo único, lo cual ayuda a que, en muchos casos, el niño o la niña reciba toda la atención, todos los cuidados, todos los mimos y todos los recursos de su unidad familiar y que crezca siendo el centro de ella.

Otro aspecto a considerar es el retraso de la maternidad en España. Actualmente el 33% de los niños que nacen en España son hijos de mujeres de más de 35 años. En 2012 hubo el triple de embarazos en mujeres de más de 40 años que en 2000. Y la tendencia, con el desarrollo de las técnicas de fecundación asistida, va en aumento. Aunque no vamos a entrar en las posibles causas y consecuencias, es indudable que en pocos años veremos (ya estamos viendo) padres y madres de hijos adolescentes, con edades cercanas a los 60 años, edad a la que no siempre se tienen las fuerzas para enfrentarse adecuadamente a los conflictos y dificultades que frecuentemente surgen con los hijos en esta etapa, sobre todo, si se ha ido postergando la tarea de inculcar la necesidad de unas normas y la educación en la responsabilidad y el respeto.

Imagen de Dreamstime.com
Paralelamente, en nuestro país se está incrementando el número de agresiones de menores a sus padres. Según el estudio  de The Family Watch "Menores violentos ¿Un tema menor? Violencia filioparental y uso indebido de la tecnología", presentado en junio de este año, la violencia ejercida por los hijos menores de edad sobre sus padres ha aumentado un 223 por ciento en España desde 2007 a 2014.

Entonces, ¿cómo puede ser que muchos niños y adolescentes (sin querer generalizar) estén mejor atendidos, mejor cuidados, mejor protegidos que nunca y, sin embargo, se produzcan más agresiones y malos tratos hacia los padres que nunca? Aunque no es una respuesta sencilla, ni tiene una causa única, en nuestra opinión algo tiene que ver en ello: "más" no siempre quiere decir "mejor". En otras palabras: dar a los hijos todo lo que quieren no implica que eso sea lo que necesitan, ni lo que les conviene.

Volvamos, entonces, al título de la entrada: ¿Dónde está el límite entre un niño mimado y un tirano? Diríamos que un niño mimado y más tarde excesivamente mimado acabará, posiblemente, convirtiéndose en un tirano. Los niños a partir de los 3-4 años intentan "medir" su poder frente al de sus padres, se empeñan en que se les compren golosinas o juguetes, en hacer lo que les apetece y en no hacer lo que les pedimos... Y si no consiguen lo que quieren, rabieta al canto. Es una forma de llamar la atención y forzarnos a conseguir sus deseos. Pero muchas veces cedemos por distintas razones: por evitar el escándalo en un lugar público (véase centro comercial, kiosco, etc.) o simplemente porque no tenemos ganas de jaleos y buscamos un poco de tranquilidad. El problema es que, cediendo en estos casos, reforzamos el comportamiento del niño o la niña, quien acaba aprendiendo que, si se enrabieta lo suficiente, terminará por conseguir lo que quería. Y según va creciendo en edad, sus rabietas y exigencias se van volviendo más fuertes y sus presiones, más intensas.
Imagen de es.123rf.com

¿Y cuáles son las características de un niño excesivamente mimado o tirano? No todos presentan exactamente las mismas características y/o en el mismo grado, pero en general, el niño muy mimado:

  • Reclama constantemente la atención de los demás, pues se cree el centro del mundo y espera que satisfagan inmediatamente sus deseos.
  • Se siente frecuentemente enfadado y ansioso, pues no siempre consigue lo que quiere. Además, está casi siempre insatisfecho, porque, en cuanto lo consigue, pide algo distinto.
  • Tiene baja tolerancia a la frustración, la incomodidad, el aburrimiento o a no conseguir inmediatamente lo que ha pedido.
  • Es poco empático, no puede ver cómo afectan sus conductas a los demás, ni reconocer que pueden sufrir por su causa.
  • Desafía constantemente las normas que se le quieren inculcar, pues las ve como una imposición externa con la que no está de acuerdo. Además, tiene poca tolerancia al castigo, entre otros motivos porque la culpa siempre es de los demás y sus propias conductas siempre tienen justificación.

Todo esto respecto a un niño muy mimado. Pero en el ámbito de la Psicología,aunque no hay un criterio universal, se suele considerar que el niño tirano, o niño con el "síndrome del emperador" ha traspasado ese terreno, para llegar al maltrato filioparental: hijos que maltratan a sus padres psicológicamente, amenazan, insultan, tiran objetos, dan golpes a paredes, puertas y muebles, e incluso, que los agreden físicamente. Puede parecer un problema de poca importancia, pero, mientras en el año 2008 se produjeron 2.000 denuncias, en 2015 se registraron 10.000. Solo en 2013 se iniciaron 4.659 procedimientos a jóvenes mayores de 14 años por este tipo de sucesos. Y hay que tener en cuenta que muchos casos no se denuncian por vergüenza y que los menores de 14 años en España no tienen responsabilidad penal, por lo que están excluídos de esta estadística. En España se producen al año unas 400.000 agresiones de hijos a sus padres y, según el psicólogo Javier Urra, el 13% de los jóvenes entre 12 y 18 años maltrata física o verbalmente a sus padres.

¿Cómo evitamos, entonces, llegar a este extremo? ¿Y qué hacemos si ya nos encontramos en él? Lo veremos en la siguiente entrada de nuestro blog.

Área de Psicología - Clínica Panaderos

domingo, 6 de noviembre de 2016

Duchar o bañar, pero no afeitar..., dice la OMS

La OMS recomienda 29 formas de detener las infecciones quirúrgicas y evitar microorganismos multirresistentes

Según nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinadas a salvar vidas, reducir costos y detener la propagación de microorganismos multirresistentes, quienes vayan a someterse a intervenciones quirúrgicas deben bañarse o ducharse, pero no hay que afeitarlos, y para prevenir infecciones solo se les deberían administrar antibióticos antes y durante la intervención, pero no posteriormente.

Las Directrices mundiales para la prevención de infecciones quirúrgicas contienen una lista de 29 recomendaciones concretas hechas por 20 de los principales expertos mundiales a partir de 26 revisiones de las evidencias más recientes. El objetivo de las recomendaciones, que también se han publicado hoy en la revista The Lancet Infectious Diseases, es hacer frente a la creciente carga de infecciones asociadas a la atención sanitaria tanto para los pacientes como para los sistemas de salud.
Imagen de es.123rf.com

“Nadie debería enfermar al buscar o recibir atención”, dice la Dra. Marie-Paule Kieny, Subdirectora General de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación. “La prevención de las infecciones quirúrgicas nunca ha sido más importante, pero es compleja y requiere diversas medidas. Estas directrices son un valioso instrumento para proteger a los pacientes”.

Las infecciones quirúrgicas, causadas por bacterias que penetran a través de la incisión, ponen en peligro la vida de millones de pacientes cada año, y contribuyen a la propagación de la resistencia a los antibióticos. En los países de ingresos bajos y medianos, un 11% de los pacientes operados sufren infecciones. En África, hasta un 20% de las mujeres sometidas a cesárea sufren infecciones de la herida que comprometen su salud y su capacidad para cuidar a los hijos.

Pero las infecciones quirúrgicas no son un problema únicamente para los países pobres. En los Estados Unidos de América contribuyen a que los pacientes pasen 400 000 días más en el hospital, con un costo adicional de US$ 900 millones al año.

Prevención de las infecciones antes, durante y después de la intervención

Las directrices contienen 13 recomendaciones para el periodo prequirúrgico y 16 para prevenir las infecciones durante y después de la intervención. Dichas recomendaciones van desde simples precauciones, como bañar o duchar al paciente antes de la intervención o la mejor forma de que el equipo quirúrgico se limpie las manos, hasta orientaciones sobre cuándo utilizar antibióticos para prevenir las infecciones, los desinfectantes que hay que emplear antes de la incisión o las suturas que hay que usar.

“Antes o después, muchos de nosotros necesitaremos una intervención quirúrgica, pero nadie quiere contraer una infección en el quirófano”, dice el Dr. Ed Kelley, Director del Departamento de Prestación de Servicios y Seguridad de la OMS. “Aplicando estas nuevas directrices, los equipos quirúrgicos pueden reducir daños, mejorar la calidad de vida y contribuir a detener la propagación de la resistencia a los antibióticos. También recomendamos que los pacientes que vayan a ser intervenidos le pregunten al cirujano si va a seguir las recomendaciones de la OMS”.
Superbacteria Staphylococcus aureus - Imagen de CDCP PHIL

Hasta ahora no había directrices internacionales basadas en evidencias y la interpretación de las evidencias y recomendaciones de las directrices nacionales no era uniforme. Las nuevas directrices de la OMS son válidas para todos los países, adaptables a las circunstancias locales y tienen en cuenta la firmeza de las evidencias científicas, los costos y recursos necesarios, y los valores y preferencias de los pacientes. Por otra parte, al ofrecer recomendaciones más detalladas sobre la prevención de las infecciones, complementan la popular Lista de verificación de la seguridad quirúrgica publicada por la OMS.

Detención de la propagación de la resistencia a los antibióticos

Otro hecho importante es que las directrices recomiendan que para prevenir infecciones solo se utilicen antibióticos antes y durante la cirugía, una medida crucial para detener la propagación de la resistencia a los antibióticos. Al contrario de lo que es habitual, no se deben utilizar antibióticos después de la cirugía.

Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia se produce cuando las bacterias sufren cambios a consecuencia del uso de estos medicamentos. La resistencia aparece de forma natural con el tiempo, pero el uso inapropiado de los antibióticos en los humanos y los animales está acelerando rápidamente el proceso.

La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. Sin antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, la quimioterapia del cáncer, las intervenciones quirúrgicas como la cesárea o las prótesis de cadera, y los trasplantes de órganos se volverán mucho más peligrosos y aumentarán las estancias en el hospital, los costos médicos y la mortalidad.

Muchos estudios revelan que aplicación de diversas medidas preventivas reduce significativamente los daños de las infecciones quirúrgicas. Un estudio piloto realizado en cuatro países africanos mostró que la aplicación de algunas de las nuevas recomendaciones podría reducir las infecciones quirúrgicas en un 39%. Sobre la base de estos ejemplos de éxito, la OMS está elaborando una guía y una serie de herramientas que ayudarán a las autoridades nacionales y locales a poner en práctica las recomendaciones.

Si quieres acceder al documento completo, pulsa en este enlace (documento PDF en inglés, 184 páginas, 1,43 Mb). Y si quieres saber cómo puedes ayudar a nivel personal para que no aumente la resistencia a los antibióticos, puedes leer esta entrada de nuestro blog.