sábado, 30 de mayo de 2015

¿Ahorrar comprando medicamentos en Internet?

Con el auge del comercio electrónico, las ventas por Internet se van extendiendo a muchísimos campos y, entre ellos, al de la salud. Cualquiera puede utilizar un buscador para encontrar medicinas más baratas que en las farmacias tradicionales, e incluso algunas que deberían venderse con receta pueden conseguirse online sin receta fácilmente. Entonces, si es más fácil y más barato, ¿por qué no comprarlas?

El riesgo de adquirir medicamentos falsos es evidente: los medicamentos falsificados son un problema creciente en nuestro país (y en otros muchos). Un medicamento falsificado puede no contener el principio activo necesario, contenerlo en menor cantidad, o no contenerlo en absoluto. También puede ser sustituido por otro más barato o pero que no tenga los mismos efectos. Puede incluso contener productos tóxicos o en proporciones peligrosas. Los medicamentos falsificados no están sometidos a ningún control, ni en cuanto a su calidad, ni a su seguridad ni a su eficacia, tanto en la composición como en el proceso de fabricación, transporte, almacenamiento, etc. El grado de riesgo puede variar desde que sean inútiles hasta que sean peligrosos.

Imagen de 123rf.es
Otro riesgo es caer en la tentación de automedicarnos con productos que necesitarían receta y supervisión por parte de un médico. Comprar algo porque a un familiar o conocido le ha ido bien y presuponer que también puede estar indicado para nosotros, ni que el médico lo recete puede causarnos graves problemas de salud.

Y no podemos olvidar otra cuestión importante: comprar medicamentos que necesitarían receta por Internet es ilegal. En nuestra legislación, la venta de medicamentos a través de Internet está regulada por el Real Decreto 870/2013, de 8 de noviembre, por el que se regula la venta a distancia al público, a través de sitios web, de medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica, el cual excluye específicamente los medicamentos con receta al limitarse en su objeto a los "medicamentos de uso humano elaborados industrialmente no sujetos a prescripción médica, a través de sitios web de oficinas de farmacia."

Logotipo de las farmacias españolas
En cuanto a quién puede vender medicamentos en Internet, la norma es clara: tienen que ser obligatoriamente farmacias legalmente establecidas e identificadas, y, por tanto, con la intervención de un farmacéutico. Por ello, en la web de venta de medicamentos tiene que constar claramente el nombre del titular o titulares de la misma, los datos del Colegio profesional al que pertenezcan y los números de colegiado. También tiene que constar la dirección física de la oficina de farmacia, su dirección de correo electrónico y cualquier otro dato que permita establecer con la misma una comunicación directa y efectiva. No se pueden vender medicamentos a través de empresas ajenas a la actividad profesional, cualificación y requisitos a que está sometido un farmacéutico colegiado.

A partir del 1 de julio de 2015, las farmacias de la Unión Europea que vendan vía web tienen que mostrar en su página de portada un logotipo común que las identifique, el cual contendrá un enlace que permitirá verificar la acreditación de esa farmacia para vender medicamentos por Internet. El logotipo será igual para todos los estados miembros (excepto la bandera y el idioma del texto). Pero, por supuesto, para atenerse a la legalidad, en ningún momento podrán vender medicamentos con receta.

Para terminar, te recordamos que el farmacéutico es un profesional de la salud, que puede aconsejarte, ayudarte y garantizar la calidad de los productos que dispensa. En estas cuestiones, no te la juegues por unos euros. No compensa el riesgo. Tu salud vale mucho más.

martes, 19 de mayo de 2015

Operación bikini: los Reyes no existen

Empieza el buen tiempo y, con él, florecen los anuncios de ropa de temporada, dietas mágicas, gimnasios "superadelgazantes" y toda clase de cebos para mejorar la figura y poder lucir el tipo en verano: la llamada operación bikini, dirigida tradicionalmente a la mujer, aunque últimamente también se está haciendo extensiva al hombre. Por eso creemos que es un momento adecuado para recordarte que:


  • El tipo ideal no existe: nos referimos al tipo que nos intentan colar las revistas, los anuncios de la televisión, las vallas publicitarias... Hasta las fotos que vemos en los reportajes de moda con las "top models" están retocadas. El Photoshop hace maravillas, pero engaña.


  • Las dietas milagro no existen. Tanto las dietas hipocalóricas desequilibradas, como las disociativas (que se basan en no combinar determinados alimentos) o las excluyentes (eliminan determinado grupo de alimentos, unas los lípidos, otras los hidratos de carbono...) pueden conllevar graves riesgos para la salud, además de acabar casi siempre con un efecto rebote que nos deja incluso con más kilos que los que teníamos antes de empezar la dieta, pues no es posible mantener una dieta restrictiva durante mucho tiempo, con lo que se acaba volviendo a los antiguos hábitos alimenticios que nos hicieron engordar.

  • Imágenes de 123rf.es

  • Los ejercicios milagrosos tampoco existen: ponerse a hacer abdominales o sentadillas como posesos un mes o dos antes de irnos a la playa no va a conseguir que bajemos la barriga cervecera, ni que fortalezcamos los glúteos de la noche a la mañana y puede causarnos lesiones musculares o articulares, sobre todo si nuestro cuerpo no estaba preparado físicamente para esa sobrecarga.


  • Ni existen los productos adelgazantes mágicos: las pastillas "quemagrasa", las zapatillas adelgazantes, los aparatos que te hacen quemar kilos sin esfuerzo, etc., no funcionan. Cuestan mucho dinero y en algunos casos son peligrosos. Cuidado especialmente con los que se venden por Internet, sin una marca o empresa conocida, con sede física y que pueda responder de posibles fraudes.


  • Para la mayor parte de las personas, salvo patologías o disfunciones específicas, el exceso de peso tiene un origen claro: si la ingesta calórica supera habitualmente la cantidad de calorías consumidas, ganamos peso. Y no es algo que se pueda evitar con una operación bikini, ni campañas de adelgazamiento aceleradas y mágicas. Es necesario encontrar el equilibrio, mediante hábitos alimenticios saludables y ejercicio adecuado a nuestra edad y condición física. Y para ello puedes pedir consejo a tu médico, quien, con el apoyo de los especialistas que considere necesarios (endocrino, nutricionista...), puede ayudarte a encontrar tu forma física (y psicológica) ideal y mantenerla. 

    Pero, como suele decirse, que no te vendan la moto: ni hay que estar en forma sólo para ponerse el bikini o el bañador, ni todos podemos ser supermodelos. Y tampoco tenemos por qué serlo. Nuestra autoestima y nuestro bienestar no pueden basarse únicamente en lucir tipo. Lo más importante es estar sanos y saber ser felices.