viernes, 31 de marzo de 2017

31/03: Día mundial contra el cáncer colorrectal: como siempre, prevención

El 31 de marzo se celebra el día mundial contra el cáncer de colon, o contra el cáncer colorrectal, como también se llama esta campaña. El cáncer de colon es el más frecuente en España, teniendo en cuenta ambos sexos (el primero en hombres es el de próstata y en mujeres, el de mama) y afecta con mayor frecuencia a los mayores de 50 años. Su diagnóstico precoz facilita la curación, que se estima en torno al 90%, si se detecta en etapas tempranas.

La predisposición al cáncer de colon está determinada por factores sobre los que no tenemos control, como:
  • el envejecimiento
  • antecedentes personales o familiares de pólipos colorrectales o cáncer colorrectal
  • antecedentes personales o familiares de enfermedades inflamatorias del intestino (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn...)
  • otros síndromes hereditarios, como la poliposis adenomatosa familiar o el síndrome de Lynch
  • otros factores étnicos y raciales (que no porcentualmente muy significativos en nuestro país).
  • diabetes tipo II.
Imagen de www.dreamstime.com
Además hay otros factores que predisponen al cáncer colorrectal que sí pueden ser controlados por nosotros, tales como:
  • Sobrepeso y obesidad: el sobrepeso o la obesidad (especialmente si se tiene una cintura grande) aumentan el riesgo de cáncer de colon tanto en los hombres como en las mujeres, aunque esta asociación parece ser mayor entre los hombres.
  • Inactividad física.
  • Ciertos tipos de alimentos: consumo frecuente de carnes rojas y carnes procesadas (salchichas y ciertos tipos de embutidos). También el tipo de cocinado de los alimentos, como los fritos, asados o a la parrilla, especialmente si están muy tostados, predispone a diversos tipos de cáncer, aunque no está claro en qué proporción influyen específicamente en el colorrectal. Por el contrario, un alto consumo de verduras, frutas y fibras integrales ha sido relacionada con un menor riesgo de padecer cáncer de colon.
  • Fumar: todo el mundo sabe que es una de las principales causas del cáncer de pulmón, pero también incrementa el riesgo de otros tipos, como el de vejiga o el de colon.
  • Consumo de alcohol.

Estos factores de riesgo controlables son comunes a otros tipos de cáncer y muchas otras enfermedades, por lo que nunca está de más insistir en la necesidad de llevar un estilo de vida saludable. Pero también hay que aprovechar la detección precoz, que se lleva a cabo en primer lugar con el Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH), una sencilla prueba que, en caso de resultar positiva, se completa con una colonoscopia para visualizar el objetivo del sangrado e iniciar el tratamiento pertinente, si es necesario. 

En nuestro país, el TSOH se incluyó en la cartera básica común de servicios del Sistema Nacional de Salud, pero todavía no está implantado en todas las Comunidades Autónomas. Se estableció como límite el año 2024 para que todas las CCAA tuvieran cobertura total de prevención del cáncer de colon. Por ello, lo mejor es que hables con tu médico, especialmente si tienes más de 50 años y/o alguno de los antecedentes personales o familiares que antes hemos mencionado, para que te indique el camino a seguir en la prevención del cáncer colorrectal. Tu salud y bienestar no merecen menos.

Puedes ver más información en la web de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)

martes, 21 de marzo de 2017

¿Dos litros de agua? ¿Cuatro? ¿Cuanta más, mejor?

Estamos en tiempos de acceso a la información masiva, pero, desgraciadamente, sin ningún tipo de filtro o criterio que nos permita distinguir lo adecuado, o lo cierto, de lo inadecuado e, incluso, lo falso.  Las biblias del bienestar proliferan por todas partes con consejos de lo más dispares. Y se multiplican los comentarios, diagnósticos y consejos de personas cercanas que han leído en Internet, o alguien les ha dicho que tal producto es buenísimo o que tal otro es fatal para la salud. Regímenes restrictivos, que suprimen grupos enteros de alimentos, personas que se lanzan a intentar hacer maratones sin comprobar si tienen la preparación física y la salud adecuadas, dietas (como la lighter life o dieta del agua) que recomiendan 4 o más litros de agua al día...

Hablemos del agua: desde hace años se viene insistiendo en la necesidad de beber al menos dos litros diarios de agua para mantener el organismo convenientemente hidratado. Y es cierto que nuestro cuerpo debe estarlo para funcionar adecuadamente y evitar problemas de salud que, a largo plazo, pueden llevar incluso a la muerte. Pero eso no quita para someternos a la tiranía de las cantidades: "hay que beber dos litros de agua al día". ¿Todos igual? ¿Un adulto de 80 kg de peso que trabaja en la construcción al aire libre necesita la misma cantidad de agua que otra de 50 kg que trabaja sentada en una oficina con calefacción en invierno y aire acondicionado en verano? Un adolescente de 18 años que, después de seis horas de clase, haga un par de horas de deporte, ¿necesita beber lo mismo que una persona de 85 años, que pasa buena parte del tiempo sentada y su actividad física diaria es mínima? Es evidente que no. Tampoco, una persona con estreñimiento crónico que una con un tránsito intestinal menos problemático.

Otro factor a tener en cuenta es el tipo de alimentación: no es lo mismo que una persona tome cinco raciones de frutas y verduras al día, que si no las prueba. O que tome dos o tres vasos de leche, o infusiones, refrescos (por más que no los recomendemos, si son azucarados), zumos, cerveza... Para calcular la ingesta total de agua diaria tenemos que incluir todos esos alimentos que no son estrictamente vasos de agua, pero que aportan una gran cantidad de ella. Y beber agua en exceso puede causar muchos problemas de salud, como:
  • Problemas de sueño, e incluso insomnio, por la necesidad de levantarse varias veces a orinar en medio de la noche.
  • Sudoración extrema, o hiperhidrosis: si bien hay personas que tienen este problema médico por alteración de las glándulas sudoríparas, también las hay que pueden agravar esta condición al beber en exceso, pues el sudor es, junto con la orina, una forma que tiene el cuerpo de librarse del exceso de agua. 
  • Sobrecarga renal: un exceso de ingesta de agua hace que los riñones trabajen en exceso y no les dé tiempo a filtrarla y eliminarla, por lo que se acumula un exceso de agua en la sangre y las células, lo cual a su vez causa...
  • Desequilibrio hidroelectrolítico (la cantidad de sustancias minerales que el organismo necesita para funcionar correctamente). Por ejemplo, la cantidad de sodio en sangre,  debe estar entre 135 y 145 milimoles por litro. Si baja, aunque sea ligeramente, se pueden empezar a experimentar síntomas adversos, como dolor de cabeza, náuseas, fatiga, desorientación..., que indican una posible intoxicación por agua. En casos extremos, esta alteración puede causar inflamación del cerebro, coma y, finalmente, la muerte.
    Imagen de Shutterstock
Afortunadamente, muchos médicos y expertos en nutrición ya contestan a la pregunta: "¿cuánta agua tengo que beber?" con una respuesta mucho más adecuada: "la que necesites". ¿Y cómo sabemos cuánta necesitamos? Por suerte, contamos desde hace miles de años con un maravilloso mecanismo que se llama sed. Si tienes sed, necesitas beber. Y beber por obligación, cuando no la tienes, puede ser hasta peligroso. Hablamos, por supuesto, de personas en condiciones físicas "normales", sin ninguna enfermedad o condición que altere este mecanismo, como podría ser el caso de adultos mayores y los bebés o niños muy pequeños, que pueden tener menos sensación de sed y, por tanto, sufrir deshidratación más fácilmente.

Por ello, te recomendamos que, si estás bien de salud y no tienes otros problemas o condiciones físicas adversas, confíes más en tu sed y menos en los consejos de quienes han leído, les han contado o se han dado cuenta. Y en todo caso, seguro que tienes a tu médico, que podrá echarte una mano y aconsejarte como es debido, para que bebas lo necesario. Ni más, ni menos.